No Dejes que Satanás, tus Pecados o el Mundo te Distraigan

En este mundo post-moderno ciertamente nos encontramos con grandes desafíos. Situaciones personales, la presión de lo que nos rodea y si, tenemos un adversario que batalla ferozmente contra nosotros, a quien conocemos como Satanas o el Diablo. Pensamos que como Cristianos ya no vamos a sufrir o a batallar y que ahora en Cristo la vida sera mucho mas fácil y llevadera.

Esto ha sido tan mal interpretado, enseñado y explicado que hoy dia vamos al Padre con la pre-disposición de que El quitara toda enfermedad y nos salvará de dolores, problemas y conflictos… sin entender cual es la raíz de eso que nos agobia.

Vemos a Dios como el “genio de la lámpara” o una “varita mágica” la cual frotamos o agitamos y nuestras cargas, problemas, enfermedades y dolencias desaparecen. Cuando esto no sucede, la respuesta casi inmediata es atribuida a una falta de fe, pecados ocultos o simplemente no conocemos suficiente a nuestro Dios.

La realidad es que tenemos un Dios que todo lo puede, pero NO todo lo quiere. Simplemente Su plan no es nuestro plan, como en el 99% de las veces creemos. Es por esto que El mismo nos declara en Su Palabra:

Isaías 55:8 NBLA

«Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes,
Ni sus caminos son Mis caminos», declara el Señor.

Es muy evidente que no vemos las cosas como Dios las ve, mas bien, las vemos en nuestro términos y en nuestra condición. Es por esto, que fallamos al señalar la causa de nuestros agobios y pesares, pues no estamos observando el panorama completo.

Para poner esto en una mejor perspectiva, necesitamos mirar quien es nuestro adversario, o mas bien, quienes son nuestros adversarios y por que fallamos en apreciar el plan de Dios aun en medio de las pruebas y dolores.

Con mucha regularidad, cuando enfrentamos pruebas/tentaciones, enfermedades, dificultades o dolores, y aun, cuando nuestra fe comienza a desvanecer, con mucha rapidez acusamos a otro u otros por lo que nos esta agobiando. Como Cristianos, en la mayoría de los casos, el culpable inmediato es satanás; pero también tendemos a culpar a aquellos que nos rodean.

Es muy cierto, al diablo le encanta lanzarnos distracciones para desviar nuestra atención de Dios. Ya sea estrés, tentación, ocupaciones o dudas, su objetivo es impedir que caminemos cerca de Jesús. Es por esto que siempre debemos estar alerta y mantener nuestros corazones fijos en la verdad, es decir, en Su Palabra.

Pero el diablo no es nuestro único adversario. Es mas, podríamos decir que existe un adversario aun mas poderoso y uno mas deseable o codiciable.

Definitivamente satanás es quien lo inicio todo (Génesis 2-3) y es quien “tiró la piedra y se escondió”, pero mas que el es nuestro propio pecado. Santiago hace una advertencia muy severa a la audiencia en su carta:

Santiago 4:1-2 NBLA

¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No vienen de las pasiones que combaten en sus miembros? Ustedes codician y no tienen, por eso cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, por eso combaten y hacen guerra.

Estas “pasiones” de las que Santiago habla, no son otra cosa que nuestros pecados. Las pasiones no son malas en si, pero en la Escritura están usualmente ligadas a los deseos carnales que nacen directamente de nuestra concupiscencia o nuestro pecado. Es decir, la Palabra de Dios nunca hace alusión a las pasiones como a algo bueno, siempre tienen un sentido negativo. Eso es lo que hace nuestro pecado, nuestras pasiones que nos lleva hasta el punto de “cometer homicidio y hacer guerra contra nuestros hermanos y nuestro prójimo”

Aun la pasión por la Palabra de Dios se puede convertir en pecado cuando comenzamos a legalizar lo que en ella se declara sin entender su contexto, literatura y género. Es por esto que las pasiones son tan peligrosas. Los escritores Bíblicos asimilan la pasión como algo que nace de las entrañas y es por esto que es desagradable, porque es ahí donde se acumulan los desechos del cuerpo.

Nuevamente, el Señor, a través de Santiago nos explica esto de una mejor manera:

Santiago 1:13-15 NBLA

“Que nadie diga cuando es tentado: «Soy tentado por Dios». Porque Dios no puede ser tentado por el mal y Él mismo no tienta a nadie. Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.”

Dios mismo nos muestra quien es uno de nuestros mayores adversarios en nuestra vida diaria, nuestras pasiones, nuestro propio pecado. Pero aun queda un tercer adversario, y este es “el mundo”.

Sabemos y la misma Palabra de Dios nos dice que satanás es nuestro adversario, y esa misma Palabra nos llama a resistirlo… no a pelear con el, sino a resistirlo para que huya de nostros (Santiago 4:7 NBLA). Este satanás o diablo hace una muy buena alusión a su nombre que traducido del hebreo es “adversario” y en el Nuevo Testamento se le conoce como “el tentador”.

Pero satanás no anda solo tentándonos. También tenemos nuestras pasiones, nuestro pecado, y un tercer adversario que esta extremadamente accesible en este tiempo post-moderno… El Mundo.

Santiago nuevamente nos dice:

Santiago 4:4-5 NBLA

 ¡Oh almas adúlteras! ¿No saben ustedes que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O piensan que la Escritura dice en vano: «Dios celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros.»?

La palabra “mundo” en este contexto de Santiago 4 es utilizada para hacer referencia a el orden en que este mundo opera. Sabemos por la Escritura que el “príncipe de este mundo” es satanás y es descrito de esta manera por el Apóstol Juan y el Apóstol Pablo. Así que, todo aquel que ama como este mundo opera, todo aquel que desea mas este mundo que el venidero, todo aquel que se somete a la cultura y costumbres de este mundo se considera “enemigo de Dios”.

Es por esto que los deseos que tenemos de las cosas mundanas, lo que anhelamos de este mundo y lo que buscamos en este mundo nos alejan cada dia mas de una verdadera relación con el Señor. Es con mucha razón que el mismo Señor Jesus nos advierte a “no hacer tesoros en esta tierra” (Mateo 6) pues todo lo que aquí sembremos, aquí lo segaremos con consecuencias eternas.

Entonces, cuando nos encontremos en tribulación, tormento, dolor, sufrimiento, falta de fe, pruebas/tentaciones… no echemos de inmediato la culpa a satanás. Aunque todo esta ligado a el, el no es quien lo hace todo.

Satanas nos tienta y de el pueden venir pruebas permitidas por Dios.

Pero nuestro mayor problema NO es satanás, nuestro mayor problema es nuestro pecado y nuestro amor a este mundo.

Muchos decimos, “ven ya Señor Jesus”, pero muy dentro deseamos un dia mas en esta tierra corrompida.

  • Así pues, esta firme y resiste a satanás para que huya de ti, pero no podrás solo… necesitas de Cristo.

  • Confiesa tu pecado y huye de el… entregando tu vida a Cristo como Redentor, Sustentador y Guardador.

  • Huye de este mundo, apártate de el… pero esto no en tu propio poder, sino en el “amor, poder y dominio propio” (2 Tim. 1:7) que solo por Cristo y en el poder del Espiritu Santo podrás vencer.

NO permitas que nuestros tres enemigos nos distraigan:

Cuando sabemos quiénes somos en Cristo, las artimañas del enemigo, el poder del pecado y los deseos de este mundo pierden su poder. Permanece en la Palabra, sigue orando y apóyate en el poder de Su fuerza (Efesios 6:10). Él te ayudará a mantenerte en el camino correcto y a vivir para Su propósito.

A.Colon

En la Presencia del Señor, Coram Deo

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