¿Cuantas veces te has preguntado como esta tu vida espiritual? En la mayoría de la ocasiones, consideramos nuestra vida espiritual una saludable, aunque con altas y bajas. Ahora, te has preguntado, ¿como esta tu vida de oración? Se entiende que la oración es parte vital y crucial de Armas Espirituales esenciales para el creyente… pero en realidad esta siendo un discípulo que ora para la gloria del Padre, confiando en el Hijo y en el poder del Espiritu Santo… o estas orando para tu propio deleite y para complacer tus placeres.

Ante la creciente influencia que existe en los medios sociales sobre la negación del Jesus Histórico y la influencia que esto también ha tenido en el mundo Evangélico, es necesario sentarnos detenidamente a estudiar, no solo la Escritura o Biblia, sino también datos históricos donde podamos prestar una buena defensa de nuestra Fe en Jesus, el verdadero Cristo Redentor.

El mensaje del Evangelio es un mensaje de victoria. Es el mensaje donde nuestro Señor no solo vence el pecado, El venció la misma muerte. Ante tanta incertidumbre y desesperanza que este mundo de tinieblas ofrece… en Cristo tenemos verdadera paz, esperanza y victoria. Así como la tumba esta vacía en señal de victoria, también nosotros seremos victoriosos si nuestra esperanza esta en el Señor Jesus.

Con frecuencia nos preguntamos, ¿donde esta Dios en esta o aquella situación por la que atravesamos? La realidad es que Dios esta en Su trono y nunca nos ha desamparado. Una respuesta a esto la vemos en Sus Pactos y promesas a Su creación. Es nuestra responsabilidad conocer Sus pactos, promesas y decretos para poder crecer en fe y esperanza en El.

Cuando nos encontramos en la búsqueda de llenar el vacío de nuestro corazón, es tiempo de detenernos y buscar de Aquel que TODO lo puede. Solo en el Señor encontraremos el descanso para nuestras almas y la llenura a un vacío que el mundo y sus deleites no pude llenar.

Ante los problemas, situaciones, enfermedades y decisiones diarias… busquemos siempre estar en la presencia del Señor. Que podamos vivir en Sus promesas, en Sus planes y en Sus caminos, buscando siempre hacer Su voluntad para la grandeza de Su gloria.

Mucho ha cambiado a través de la historia en como nos educamos y crecemos en conocimiento y practica. Pero lo que nunca ha cambiado es la Palabra de Dios. Es a Ella que recurrimos como nuestro manual de Fe y Practica.