Un Llamado, Una Misión, Una Herramienta: Los Ministerios del Espíritu Santo
En los últimos años se han realizado varias encuestas para poder conocer el estado de la iglesia Evangélica al dia de hoy. A esto, cada verdadero discípulo fiel del Señor podría decir, sin lugar a dudas, que la iglesia hoy tiene uno o varios problemas muy serios que se pueden palpar en cada reunion… NO HAY DUDA DE ESO.
Nota: no estoy siendo absoluto diciendo que TODAS ESTAN MAL, pero si soy absoluto en decir que TODAS tienen un problema muy serio en común.
Pero, para responder adecuadamente a la pregunta: ¿Qué esta sucediendo con la iglesia en este tiempo? Es necesario observar diferentes métricas con diferentes aspectos de relevancia para el mundo Evangélico. Algunos de los aspectos medidos por los distintos grupos encuestadores en la Iglesia moderna son: asistencia, membresía, conocimiento teológico básico, vida cristiana, demográfica, aspectos financieros, entre otros.
El sitio web www.biteproject.com argumenta:
“Aunque el cristianismo crece y se proyecta como la religión más grande del mundo, no todo son buenas noticias. Mientras millones de fieles se suman en África y Asia, las iglesias en Europa y Norteamérica vacían sus bancas. ¿Cuál es el futuro de la Iglesia?”
Esta pregunta que hace el sitio web es la pregunta que muchos nos hacemos el dia de hoy, ¿cual es el futuro de las iglesias? Si partimos de la premisa de que el cuerpo de Cristo ha Desobedecido Su Mandato de ir y HACER DISCIPULOS y ha Abandonado la Misión en tiempos recientes… ciertamente el futuro de la iglesia es uno oscuro, pésimo, deprimente.
A pesar de estas palabras desalentadoras que vemos en diferentes encuestas, el Señor en Su Palabra nos da una respuesta diferente y muy alentadora:
Mateo 16:18 NBLA
“Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”
“La Iglesia del Señor NO esta construída sobre preceptos e ideas de hombres… esta construida sobre la Roca, Cristo Jesús y por el poder del Espíritu Santo de Dios… es por esto que NO existe mal o muerte que la destruya.”
Aun así, debemos observar algunos datos para apreciar el estado en el que se encuentra la iglesia hoy:
El islam está creciendo más rápido que el cristianismo. Si bien el cristianismo sigue creciendo, el crecimiento del islam continúa superándolo.
El cristianismo está disminuyendo en Norteamérica y Europa. En 1900, más cristianos vivían en Europa (380 millones) que en todas las demás regiones del mundo combinadas. Norteamérica tenía la segunda población más alta de cristianos (79 millones). El cristianismo continuó creciendo en esos dos continentes a lo largo del siglo XX, pero ahora hay menos cristianos en cada región que hace cinco años.
La población sin acceso al evangelio está creciendo. Como ya lo dijimos, la buena noticia es que la proporción de la población mundial que no tiene acceso al evangelio está disminuyendo (pasó de 54.3% en 1900 a 27% en 2025). La mala noticia es que el número total sigue aumentando. Hoy, más de 2.2 mil millones de personas no tienen acceso al evangelio, un aumento desde los 2.1 mil millones en 2020. Se proyecta que ese número aumentará a 2.7 mil millones para 2050.
La mayoría de los NO cristianos aún no conocen a un cristiano. Esta es otra situación con noticias buenas y malas. En el lado positivo, menos no cristianos están aislados de los cristianos. En 1900, el 95% de los no cristianos no conocían a ningún seguidor de Jesús. Ese porcentaje disminuyó constantemente a lo largo del siglo XX. Todavía sigue bajando, pero mucho más lentamente. Aun así, la mayoría de los no cristianos en el mundo (51.5%) no tienen ninguna relación con un cristiano.
Estas noticias NO son para nada alentadoras…. aunque hay una luz al final del túnel. Entonces nos debemos preguntar: ¿Qué ha causado esta debacle? ¿Por qué la iglesia se encuentra en este estado? ¿Qué podemos hacer para llevar a la iglesia en la dirección correcta?
La respuesta la encontramos en la Escritura y en el modelo perfecto de como una iglesia debe funcionar y moverse…
Hechos 1:4-8 NBLA
“Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre: «La cual», les dijo, «oyeron de Mí; porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días» Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban: «Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?». Jesús les contestó: «No les corresponde a ustedes saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con Su propia autoridad; pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra».”
Este texto en el libro de Los Hechos nos muestra un claro patrón de como la iglesia funciona con eficacia y de manera simple:
El Señor nos manda a ser pacientes y esperar en El…
Nos dice cual será la herramienta (no humana) que utilizaremos para lograr la misión…
Nos dice cual será la misión…
Y nos dice donde se llevará a cabo la misión.
Nada es al azar, nada es improvisado por el hombre o ideas de hombre… pero TODO es dado y viene de parte del Señor.
“La Misión sera llevada a cabo por el poder del Espíritu Santo de Dios… es por esto que muchos argumentan (yo entre ellos) que el nombre de esta carta debería ser Los Hechos del Espíritu Santo de Dios por medio de los Apóstoles”
De todos los dones dados por Dios a la humanidad, no hay uno más grande que la presencia del Espíritu Santo. El Espíritu tiene muchas funciones y actividades.
Los ministerios del Espíritu Santo son las actividades que esta Persona de la Trinidad desarrolla en los creyentes, especialmente el unirnos a Cristo y darnos poder que nos lleva a vivir para en El, con El y para Él.
Algunos de los Ministerios del Espíritu Santo son:
“Es Medio Bautismal, Nos Llama al Ministerio, Canal de Revelación Divina, Nos Capacita, Nos Llena, Nos Garantiza, Nos Guarda, Nos Ayuda, Nos Ilumina, Establece Su Morada en el Creyente, Intercede por Nosotros, Produce Fruto en Nosotros, Provee Carácter Espiritual, Nos Regenera, Nos Refrena/Convence de Pecado, Nos Santifica, Nos Sella, Selecciona Ancianos, Es Fuente de Comunión, Fuente de Libertad, Fuente de Poder, Fuente de Unidad, Fuente Dones Espirituales y Nos Enseña.”
Como vínculo de nuestra unión con Cristo, el Espíritu nos bautiza en el cuerpo de Cristo (1 Co 12:13). El Espíritu es indispensable para la salvación, porque habita en cada cristiano; aquellos que carecen del Espíritu no pertenecen a Cristo (Ro 8:9). Además, el Espíritu trae los aspectos de la salvación que ocurren en unión con Cristo:
También, por medio de muchos ministerios de gracia, el Espíritu nos permite como iglesia vivir para Dios: morando en nosotros, dando poder, produciendo fruto, proveyendo líderes, haciendo posible la adoración y dando dones espirituales. El Espíritu mora en nosotros como individuos y como iglesia (1 Co 6:19-20; 3:16-17), asegurándonos del amor de Dios (Gá 4:6).
El mismo Espíritu que dio poder a Jesús durante su ministerio terrenal, expiación y resurrección (Hch 10:38; He 9:14; Ro 1:4) nos fortalece para vivir para Él. El Espíritu vivifica a la iglesia al darles dones espirituales (1 Co 12:11) y dándonos poder en circunstancias difíciles (Fil 1:19), para testificar (Hch 1: 8) y para evangelizar (Ro 15:18-19). El Espíritu produce fruto en nosotros (Gá 5:22-24) cuando caminamos por el Espíritu, confiamos en Él y le obedecemos (Gá 5:16, 25). Nos capacita para amar y evitar los pecados interpersonales (Gá 5:13-15, 26).
El fruto del Espíritu choca con las obras de la carne, que incluyen pecados sexuales, religiosos, interpersonales y excesivamente permisivos (Gá 5:19-21). Entre el fruto, el amor es lo primero y más importante; la paz es armonía entre los miembros de la iglesia; y el resto de las partes del fruto también contribuye al amor y la armonía: «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio» (Gá 5:22–23).
El Espíritu guía a los líderes de la iglesia de Cristo. Él designa y capacita tanto a nosotros como a nuestros líderes para involucrarnos de forma efectiva en el ministerio del nuevo pacto (Hch 20:28; 2 Co 3: 6). Él nos da sabiduría, fe, poder y gozo para el ministerio (Hch 6:3, 5, 8; 13:52), nos capacita para hablar en el nombre de Dios (Hch 1:8), nos da sabiduría para tomar decisiones (Hch 15:28-29), nos capacita para guardar el evangelio (2 Ti 1:13-14), habilita nuestra adoración (Ef 5:18-20) y nos ayuda a orar (Ro 8:26; Jud 21).
Asi que, El Llamado lo hace Dios Padre, la Misión nos la dejo el Señor Jesús y la Herramienta para llevarla a cabo es el Espíritu Santo de Dios.
Dejemos de tratar por nuestra propia cuenta nuevas estrategias, productos y mecanismos para que la Iglesia del Señor crezca en numero y espiritualmente. Necesitamos volver a la raíz, a la senda antigua. Busquemos la guía del Espíritu Santo y caminemos conforme a la Palabra del Señor inspirada por el Espiritu Santo. Solo así veremos un verdadero avivamiento en el pueblo de Dios.
¡Valoremos la importante labor del Espíritu Santo dejando que Él nos guíe en el servicio a Dios!
A.Colón
Coram Deo, En la Presencia del Señor