Un Llamado, Una Misión, Una Herramienta: Los Ministerios del Espíritu Santo
La Iglesia de hoy esta muy distraída preparando programas, servicios y actividades para atraer a un mundo que de por si aborrece todo lo que tenga que ver con Jesus y Su palabra. Tenemos que volver a la raíz, tenemos que regresar a la senda antigua. Solo por y en el poder del Espiritu Santo lograremos llevar a cabo la misión que el Señor nos ha encomendado. Salgámonos del medio y dejemos que el Espiritu Santo de Dios traiga el avivamiento a Su iglesia.
Mi Refugio es el Señor
En multitud de ocasiones podemos sentirnos solos, abandonados, sin fuerzas, abatidos y sin esperanza. Pero, los que estamos en Cristo, quienes hemos nacido de nuevo, tenemos ciertas promesas que son seguras en El… “estaré con ustedes TODOS los días hasta el fin del mundo.” Estas promesas nos dan la certeza de que Dios es nuestro refugio y nunca nos abandonara.
Predica la Palabra, aún Cuando Duela
Dios nos ha llamado, aun ante un mundo tan ajetreado, a predicar Su Palabra. No se trata de ser un Pastor, Misionero o Evangelista… se trata de predicar el Evangelio de Verdad, la Palabra de salvación a un mundo en condenación. Es nuestro deber y responsabilidad, como heraldos de Cristo, el predicar todo el consejo de Su Palabra… aun cuando nos duela, nos rechacen, nos critiquen y nos persigan.
Dios de Pactos
Con frecuencia nos preguntamos, ¿donde esta Dios en esta o aquella situación por la que atravesamos? La realidad es que Dios esta en Su trono y nunca nos ha desamparado. Una respuesta a esto la vemos en Sus Pactos y promesas a Su creación. Es nuestra responsabilidad conocer Sus pactos, promesas y decretos para poder crecer en fe y esperanza en El.
La Soberanía de Dios
El ser humano se encuentra en una constante búsqueda de respuestas a los problemas que enfrenta a diario. Sufrimiento, angustia, dolor, perdida, enfermedades y muerte. Esta respuesta no se encuentra en la ciencia o el conocimiento. La respuesta se encuentra en Dios mismo quien es Soberano sobre todas las cosas. Cuando conocemos a Dios, conocemos Su Soberanía sobre nosotros.